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Cómo funciona la terapia de pareja

Dicen que si la vida es una escuela, las relaciones son como la universidad, y cuanto más profunda e íntima sea la relación, más desafíos pueden surgir.


A menudo, durante las primeras etapas de una relación romántica, hay una sensación de enamoramiento y todo en la pareja se siente hermoso.

Sin embargo, esta fase de luna de miel eventualmente termina y la dinámica puede cambiar.

La terapia de pareja es un tipo de herramienta que puede mejorar la relación con tu pareja y brindarte una mejor comprensión de ti mismo.


En este artículo, analizaré cuándo puede necesitarse terapia de pareja, qué es y qué no es, y cómo se puede producir una mejora.

Exploraré estos temas a través de la lente de un enfoque llamado Intimacy From Inside Out (IFIO), un modelo terapéutico basado en la teoría del Sistema Familiar Interno en el que me especializo.




CUANDO ES BUENA IDEA LA TERAPIA DE PAREJA


En algunos casos, la necesidad de terapia no es evidente.


Puede que haya pequeñas discusiones recurrentes sobre el mismo tema que siempre provocan la misma respuesta emocional en ti y tu pareja.

Aun así, no hay una resolución clara ni se entiende por qué está sucediendo esto.


O puede haber situaciones en las que, en la superficie, las cosas parecen estar bien, pero en realidad, nos distanciamos emocionalmente de nuestra pareja porque hay conversaciones que preferimos no afrontar.


LO QUE NO ES TERAPIA DE PAREJA


No es raro que uno de los miembros de la pareja considere comenzar una terapia de pareja porque cree que el otro miembro de la pareja es la fuente principal de los problemas.

Espera que el terapeuta lo reconozca y lo impulse a cambiar.

Esta esperanza tácita no es de lo que trata la terapia de pareja.


LO TRES PROYECTOS


Richard Schwartz, fundador de Internal Family Systems, habla sobre los tres proyectos o formas en las que intentamos cambiar de pareja cuando sentimos que no se están satisfaciendo nuestras necesidades.


En el fondo, si necesitamos ser aceptados, amados y reconocidos, cuando nuestra pareja no nos lo da, podemos optar por uno de estos tres proyectos:


Cambiar a la otra persona

Cambiamos a nuestra pareja para poder conseguir lo que queremos. Podemos hacerlo criticando, avergonzando, exigiendo o manipulando. Obviamente, todo esto desencadenará una reacción adversa en el otro.


Cambiarnos a nosotros mismos

Podemos intentar averiguar qué es lo que a nuestra pareja no le gusta de nosotros, utilizando la autocrítica y la vergüenza, y cambiar cortando partes de nosotros mismos.

La esperanza es que al cambiar, nuestra pareja nos vuelva a amar. Sin embargo, este proceso puede generar resentimiento hacia nuestra pareja.


Distancia

Decidimos renunciar a obtener el amor que queremos de nuestra pareja.

Comenzamos a encerrarnos en nosotros mismos, a buscar una pareja diferente, o a insensibilizarnos o distraernos.


La forma en que nos involucramos en estas tres estrategias no es lineal: podemos comenzar con una y luego cambiar a otra, o incluso usar una combinación en diferentes momentos de la relación.


ESCHUCAR SIN REACCIONAR


En la terapia de pareja, uno de los objetivos principales es entender cómo escuchar a nuestra pareja de una manera nueva.

Si nuestra conducta afecta a nuestra pareja, a menudo, cuando escuchamos su experiencia, la tomamos como una verdad sobre nosotros mismos, lo que puede llevarnos a reaccionar y a intensificar la situación.


Por ejemplo, si nuestra pareja se siente decepcionada o molesta por algo que hicimos, podemos tomarlo como una verdad sobre nosotros mismos, sentir que estamos en falta o “mal”, y reaccionar a la defensiva.


QUE EVITAR


Es importante recordar que la terapia de pareja implica riesgos que, si no se tienen en cuenta, pueden dañar aún más la relación. La principal preocupación sobre abrirse a su pareja es que pueda usar lo que dijo en su contra durante una discusión.

Es fundamental tratar con respeto todo lo que su pareja revele en la sesión.


DE QUE SE TRATA LA TERAPIA DE PAREJA


En las relaciones e interacciones románticas, hay varias cosas que buscamos:


  • Ser escuchado, visto y valorado.

  • Sentirse seguro en presencia del otro.

  • Tener satisfechas nuestras necesidades.

  • Ser amado.


Cuando no se satisfacen nuestras necesidades, se pueden activar sentimientos de vulnerabilidad, que a menudo surgen de heridas infantiles no tratadas, que difieren de una persona a otra.

En tales situaciones, nos protegemos de volver a experimentar ese dolor participando en los tres proyectos mencionados anteriormente.


Un ejemplo práctico

Digamos que en una pareja,  A no lavó los platos y B se enojó.


En nuestra sesión, exploraremos lo que sucede dentro de B cuando ve que los platos no están lavados. ¿Qué emociones siente? ¿Qué historia está corriendo en su mente y cómo está reaccionando? B puede reaccionar confrontando a A.


A continuación, podemos explorar lo que sucede dentro de A cuando se siente confrontada. ¿Qué emociones surgen y cómo responde A a la frustración de B?


A medida que la interacción se vuelve más clara, podemos comenzar a comprender la esperanza y la vulnerabilidad subyacente en las reacciones de cada uno A y B, lo que en última instancia fortalece y profundiza la relación.


CONCLUSION


La terapia de pareja ofrece una oportunidad transformadora para que las parejas tengan conversaciones difíciles, fortalezcan su vínculo y profundicen su comprensión mutua.

No se trata de una solución rápida, sino de un proceso de crecimiento y compromiso.

Los resultados exitosos suelen depender de la voluntad de ambos miembros de participar activamente en el proceso, aceptar la vulnerabilidad y aplicar los conocimientos adquiridos en la terapia a su vida diaria.


La terapia de pareja puede ser una inversión verdaderamente valiosa en la salud y la felicidad a largo plazo de una relación.


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